Todo empezó cuando estaba en el secundario y escuchaba sus discos a escondidas de sus padres. Después de años de practicar con un turbante de toalla por pelo y un cepillo de dientes por micrófono, Elías Figueroa, un joven chileno de 28 años, decidió convertirse en la persona que más admira en el mundo: Madonna. Tras ocho años de carrera profesional -y de gastar más de 16 mil dólares al año en vestuario y accesorios- el devoto imitador de la cantante norteamericana, llega a ganar unos 800 dólares en cada presentación, informó el sitio británico Daily Mail. Además, Figueroa se convirtió en una suerte de mediática, pero versión local: "Vivo la vida de una super estrella", cuenta orgulloso, y agrega: "La gente se arremolina a mi alrededor y hasta tratan de agarrar mi cola". "Soy tan bueno imitando a Madonna que algunas personas no se dan cuenta de cuál es la verdadera y cuál no. Ni siquiera se dan cuenta que soy un hombre", comentó al sitio Figueroa, quien vive junto a su pareja en Santiago de Chile. La suma no es desdeñable si se tiene en cuenta que hace unas tres presentaciones semanales y llegar a tocar frente a 20 mil personas. Al año, además de la cantidad de público, Figueroa acumula 81.575 dólares por sus presentaciones. "Ser Madonna me completa", explica con devoción Figueroa, "sobre el escenario soy ella y dejo atrás a Elías. Es la fantasía de todo hombre gay el ser tan glamoroso y vivir este estilo de vida como una celebridad", concluye. |
lunes, 9 de noviembre de 2009
CONOCE AL FAN QUE YA VIVE COMO DIVA
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