«Este concierto es especial porque Madonna vuelve después de ocho años. Ella ama Barcelona y viceversa, y eso se respira en el ambiente», asegura el actor y relaciones públicas valenciano Chris Márquez, presidente del club de fans oficial de la diva en España. «Sé que Guy Oseary, su mánager, estuvo ya el lunes de tapas en la Barceloneta. Y seguro que se la ha llevado a tomar pa amb tomàquet». Su amigo Jose, alias Espoline (moderador de los foros), explica que fue verla abrir el Drowned world tour 2001 en el Palau Sant Jordi y saber que no se perdería ni una actuación suya. Aunque al día siguiente (hoy mismo) tenga que estar a las ocho en la oficina (es contable en una asesoría). La madonnamanía volvió a invadir anoche al Estadi Olímpic.
Era la tercera visita de Madonna a Barcelona. Y la segunda en el Estadi: cantó en 1990, un año después de su reinauguración, dentro del marco del Blond ambition tour. Para Divina Madonna (así se llama el club de fans), que la ambición rubia incluya otra vez España en esta prórroga del Sticky & sweet tour es también mérito de ellos. «No es casual que tengamos cinco citas españolas. Hemos trabajado duro para transmitir nuestra pasión por la reina del pop desde 1987, colaborando con los medios, publicando dareStar, la revista en castellano de Madonna, algo insólito (solo existente aquí y en Francia), actualizando a diario y en numerosas ocasiones www.divinamadonna.com (que cada día visitan 20.000 personas) y organizando fiestas».
Ayer remataron la velada en La Terrrazza (Poble Espanyol), en donde las dos primeras horas retransmitieron el recital, según explica Jordi García, el encargado, un año más, de organizar el Divina Madonna Party. Actuaciones, sorteos... Un sarao monotemático, igual que el que se montó también en el Shoko de la Barceloneta y, el día anterior, en el Hard Rock Café (con el concurso Madonna singstar). «Me han pedido invitaciones gente de Australia, Portugal, Ecuador... Gente que se siente identificada con Madonna más allá de su música. Fans que admiramos su espíritu y su fuerza», subraya García.
«Nos encanta poder comprobar que aquella jovencita de Detroit que ambicionaba comerse el mundo sigue tan activa a sus 50 años. Y que tenemos la posibilidad de rendirle culto periódicamente, de estar cerca de ella», suspira Márquez.
El presi del club admitió que el nuevo show de Madonna tiene poco de novedoso. «Es peor que el colosal Confessions tour del 2006. Su forma física es estupenda, pero esta etapa de crisis matrimonial que empezó en el 2008 le ha afectado en su actitud en el escenario». En total, calcula que le habrá visto actuar «una treintena de veces, contando su obra Up for grabs en el teatro Wyndhams de Londres en el 2002». Y piensa seguirle hasta que las palabras de game over con las que la cantante cierra su show se las aplique a su imbatible carrera.
Fuente: ElPeriodico.com
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